Vinos Bodega Luna Beberide

En Bodegas y Viñedos Luna Beberide hemos ido poco a poco, despacio, cuidando la tierra, mimando las cepas, volcados en la materia prima, desde la planta hasta la etiqueta y bajo la filosofía de que la calidad siempre va unida al respeto de la tierra.

Veinticinco años después de que Bernardo Luna se lanzase a la elaboración de vinos y estableciese las bases, hoy, la segunda generación Luna Beberide solo pretende seguir esa línea, la de la sencillez, la calidad y buscar la excelencia a base del cuidado y el respeto de las cepas, de cada una de ellas. Que cada una de las 80 hectáreas de viñedo propio con las que cuenta Luna Beberide sean la esencia y el corazón de todas sus elaboraciones.

Y así se ha hecho desde que en 1996 se elaborase el primer vino, el primer Viña Aralia (50% gewurztraminer, 50% chadornnay), que después dio paso al monovarietal del Gewurztraminer LB (15.000 botellas) y posteriormente, a la apuesta por una de las variedades autóctonas, el Godello de Luna Beberide, que se lanzó al mercado en 2007.

Evolución

Con esta idea y desde que al pie de la viña Francés, una parcela experimental de 14 hectáreas, se ha dado a conocer por sus elaboraciones de blancos, nunca se dejó atrás la experimentación y elaboración de tintos.

Pero fue en 1998, de la mano del Mariano García, amigo de la familia, cuando arrancan los primeros tintos de referencia de Luna Beberide, del que tenían también como base en este caso una amplia oferta de viníferas en la Finca Valdetruchas en la que concentran en Villafranca del Bierzo, 50 de las 80 hectáreas de viñedo propio y donde se proyecta la nueva bodega de referencia de la firma.

La mencia se ha hecho fuerte y ha convencido de tal manera que hoy en Luna Beberide el mencía joven, lleva el nombre de la sociedad y ha lanzado dos elaboraciones en barrica procedentes de las cepas más viejas de la propiedad; “Finca la Cuesta (12 meses en barrica), y el Luna Beberie Art (18 meses en barrica),una selección de las cepas centenarias de las pequeñas parcelas escarpadas en los alrededores de Villafranca del Bierzo.

Cada uno de los vinos tienen su propia personalidad, su carácter. Cada uno de una zona, de una finca y de una tierra que el equipo de enólogos controla desde la viña hasta la botella.

Pero si alguno de los vinos está especialmente mimado ese es “Alma de Luna“, edición muy limitada. Un vino dulce (petit maseng) que nace en 2008 al mismo tiempo que una niña Alma, y que hoy no es más que el reflejo de las ganas del equipo de personas que formas Luna Beberide de crear, de experimentar y de sacar adelante nuevos proyectos.