Vinos Bodega Dominio del Bendito

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Interior Bodegas Dominio del Bendito

Vigneron en Toro

La bodega Dominio del Bendito nació en el 2004, fruto de mi pasión y del apoyo de mi familia más el de otra amiga, la familia Schuller. Encontré un sueño de viñedo y de vino: Toro y sus mejores pagos.

Soy un joven francés que ha buscado durante tiempo un gran viñedo que le permitiera elaborar vinos de gran carácter. He visitado Chile, Portugal, España, la costa pacífica de los Estados Unidos, y por supuesto Francia.

Pensé primero en empezar una bodega en el estado de Washington (costa pacífica- Columbia Valley) pero he encontrado por fin mi sueño en la vieja Europa, un lugar bonito, desértico y antiguo: Toro.

Hoy el Dominio del Bendito, a parte de su creciente fama y su afición fiel, cuenta con 13 hectáreas de viñedos propios, más otras 15 hectáreas que se gestionan desde muy cerca, todas, con un gran respeto a la naturaleza.

Como vigneron, cultivo mi viñedo pensando en los vinos de mis sueños que quiero ofrecer a los apasionados, destacando el papel fundamental de la viña y su equilibrio para la producción de vino de alta calidad. Elaboro principalmente vinos tintos de la D.O. Toro y de manera anecdótica, por la cantidad, vinos de “investigación” fuera de la D.O.

Nuestros Viñedos

Compré pequeñas fincas en uno de los mejores pagos de Toro y de toda España, un pago extraordinario que nunca falla: La Jara. La mayoría del viñedo es antiguo o muy antiguo: 80 % de las 13 hectáreas de viñedos propios tienen más de 45 años y fueron plantados pie franco, es decir, sobre sus propias raíces. El resto tiene entre 14 y 30.

Además de nuestras hectáreas propias, gestiono desde muy cerca algo mas de 15 ha. adicionales. Algunos corros alcanzan o superan el siglo de vida. Las quiero estas cepas, las considero como una herencia, y rindo un homenaje a los valientes viticultores a quienes las compré y a sus antepasados que las cuidaron antes.

Los aficionados al vino y los profesionales redescubren este único y antiguo viñedo, ubicado al lado del rio Duero, con condiciones climáticas y geológicas excepcionales.

La zona de Toro está caracterizada por un clima continental extremo con influencias atlánticas de carácter semi-árido (350 mm /año) y con temperaturas que pueden variar de – 13º C hasta + 40º C. Disfrutamos de muchas horas de sol y la altitud nos ofrece una gran amplitud térmica noche/día, así que las noches del verano pueden ser frescas o incluso frías (hasta menos de 10º C).

Otra peculiaridad de Toro son las cepas plantadas directas, sobre sus propias raíces, así como las cepas pre-filoxéricas, plantadas antes de la segunda mitad del siglo XIX. Ambas siguen produciendo frutos extraordinarios y escasos, que dan nacimiento a unos vinos irrepetibles.

En el viñedo, los suelos profundos con una proporción alta de arena y cantos rodados, ofrecen a las viñas un excelente drenaje y les obligan a buscar en profundidad los elementos necesarios para otorgarnos así una producción de calidad y la propia expresión del terroir.

Todas estas características nos permiten recoger un fruto maduro, intenso, que bien elaborado y criado da vida a unos caldos únicos.

Bodega de Autor

Para elaborar vinos de Toro de gran carácter, cultivo el viñedo de manera ecológica y elaboro los vinos de la manera más artesanal y natural posible. Intento ofrecer unos vinos que sean el reflejo más fiel de las tierras donde nacen.

Pongo en ellos mucho de mi persona, tiempo, pasión, experiencia, curiosidad y cultura, para que mis vinos tengan carácter y estilo propio.

Mi concepto del famoso terroir, es dejar hablar a la tierra y a las uvas, creo que es el oficio del buen elaborador, preparar sus uvas lo más honesta y naturalmente posible para luego transformar esto en bodega, siendo eficaz y poco intervencionista; objetivo ideal, al que por supuesto nos acercamos más o menos según las añadas.

No me gustan los adornos innecesarios, las barricas que tapan y que aromatizan de más, los productos enológicos o tecnológicos que creo, alejan, de la expresión más pura, a las uvas y su terroir.

Vinos Artesanos

Las técnicas de trabajo de las viñas en el Dominio del Bendito son tradicionales, tanto a nivel de poda, labor del suelo, distintos cuidados de la viña y su recolección.

Labramos el suelo de forma tradicional, sin uso de pesticidas ni herbicidas, no abonamos con ningún mineral ni abono químico, sino que fertilizamos, con estiércol viejo bien hecho y en poca cantidad, según la necesidad de cada parcela, con el objetivo último de mantener las viñas en equilibrio: intento, nunca doparlas, ni por supuesto dejarlas morir.

La poda parece algo básico, pero en realidad es una de las tareas con más importancia en el campo. Creo que una buena poda es aquella que se adapta perfectamente a cada parcela, pero sobre todo a cada cepa; es así que se poda bien, siempre en vaso y adaptando la poda a la capacidad de la cepa.

En el Dominio del Bendito la realizamos de manera tradicional con las tijeras de poda, haciendo falta “el trabajo del codo”. En mi opinión, una de las etapas más nobles, importantes y duras a la vez.

Otra tarea que acompaña a la poda y que me encanta, es el sobacado, trabajo que se realiza desde épocas muy antiguas (de hecho “sobacado” es una palabra derivada del árabe). Se realiza sobre todo alrededor de las cepas viejas, para evitar la grama y que la cepa se ahogue.


En el Dominio del Bendito conseguimos sobacando que la planta respire, se oxigene más y capte mejor el agua, escasa en esta tierra, ya sabéis…

Se trata pues, de una práctica perfecta en el viñedo viejo, y aunque dura y penosa, no creo que haya nada mejor. Hay un antiguo dicho, “Picar vale tres riegos”, y aunque es un poco más complicado, tiene un claro sentido. A pesar de las condiciones duras y los suelos drenantes no estamos a favor del riego, al menos en la D.O. Toro, y creo que es un error histórico autorizarlo.

La recolección la hacemos únicamente a mano, en cajas de 12 kilos, entre las 8 y las 2 de la tarde. No creo que la maquina llegue nunca a ser tan precisa como el ojo de un hombre.
Nuestra bodega se caracteriza por no haber nada de automático, destaca porque aquí el vino se hace “a mano”, sin tecnología…

Intentamos igualmente no “corregir”, o lo menos posible. Siempre veo como un fracaso cuando me toca acidificar un vino, y por desgracia hay añadas que son muy desfavorables. No utilizamos nunca enzimas y si me parece necesario, utilizaremos levaduras respetuosas de la uva y su terroir, siempre en pequeñas cantidades. (El tema de las levaduras es más que complejo y daré mi opinión honesta en mi blog)

Elaboración

En el Dominio del Bendito hoy elaboramos en conjunto entre sesenta y setenta mil botellas al año, según la añada, que llevan dentro la pasión y el ánimo de un vigneron y su sueño: ¡vinos auténticos, personales y con alma!

Todo el trabajo de viñedo y bodega está íntimamente relacionado para encontrar el máximo equilibrio, porque elaboro a partir de uvas seleccionadas para un cierto perfil de vino, por eso elaboro tres tintos que me parecen ser el justo y fiel reflejo de las viñas de las cuales proceden.

Me gusta estar en contacto físico con la uva, tocarla, olerla, verla, probarla, bazuquearla, incluso “nadar en ella”. (ver blog)

La vendimia ha de proporcionar un fruto de calidad perfecta, que alcanzamos con un respeto enorme al mismo. Las uvas son recogidas a mano en pequeñas cajas de 12 kilos entre ocho de la mañana y dos de la tarde, lo que nos permite traer una uva fresca o fría a la bodega, y realizar una maceración natural en frio de dos o tres días. No hay nada de automático. Pero sí variaciones de un año al otro porque intento entender las uvas y su añada.

También me gusta experimentar y no creerme las teorías y los rumores sobre la variedad, lo que hay que hacer y lo que no. De hecho a veces pruebo lo que se me desaconseja y ha salido muchas veces increíble.

También los mayores, sobre todo viticultores, demostraron que sí que tenían razón. Así voy aprendiendo que no sé nada, o bien poco (intento en esto inspirarme de Sócrates y su docta ignorancia).

Tintos Dentro de la Denominación de Origen Toro

Elaboro tres vinos tintos dentro de la D.O. Toro, que me parecen el reflejo más fiel de las tierras que cultivo.

El Primer Paso

Cien por cien Tinta de Toro proveniente de viñedos jóvenes y viejos, con un rendimiento máximo entre 4500-5000 kilos por hectárea, aunque hay uvas procedentes de fincas que producen menos y acaban también en El Primer Paso.

Crianza de seis meses en barricas americanas y francesas. Este buen equilibrio entre americano y roble francés me permite lograr con este Primer Paso un vino amable y sabroso, un Toro que da mucho placer en su juventud más inmediata y le permite a la vez envejecer bien entre 5 y 10 años según las añadas.

Una nariz abierta a frutas negras y rojas. Boca bien estructurada y redonda, con un tanino que empieza a pulirse y un final largo y sabroso. El registro aromático en boca, frutas rojas, zarzamora, toque a regaliz, café y notas de torrefacción.

En este vino busco el buen compromiso entre fruta vibrante, profunda, explosiva y demostrativa. Un vino con densidad sin ser demasiada y con una estructura suficiente para que pueda envejecer bien entre cinco y diez años, pero que igualmente ofrezca deleite el siguiente año de la cosecha. Santé!

Las Sabias

Cien por cien Tinta de Toro proveniente de cepas viejas con un rendimiento máximo entre 2500- 3000 kilos por hectárea.
Con Las Sabias quiero ofrecer otra faceta de la Tinta de Toro.
Busco más estructura, lo que no es contradictorio a su sutileza y elegancia sin caer en la potencia absurda…
Una fruta en otro registro aromático, más compleja y un equilibrio más sutil.

Quizás un vino menos evidente que cualquiera de los otros dos, menos “gran público”, pero en el que pongo mucho empeño, que me encanta y en el que creo mucho.

El Titán del Bendito

Cepas viejas, entre 50 años y algunas centenarias, con un rendimiento máximo entre 800 y 2200 kilos por hectárea

Con el Titán, quiero restituir a los amantes del vino la grandeza de algunas de las uvas más excepcionales de Toro y del mundo. Empecé a elaborar el Titán porque era una necesidad el aislar estas uvas y ofrecer lo que me pareció desde el principio, excepcional, un verdadero flechazo.

El Titán del Bendito, en nuestra bodega, la joya de La Jara.

Y creo que la afición fiel, los premios y el propio vino dieron la razón a esta intuición que tuve con estas viñas de este pago… Fruta muy profunda, estructura enorme por naturaleza (sin buscar la potencia extrema) que se afina, se civiliza mucho en botella, carácter mineral, y un equilibrio de esos que pocos vinos en el mundo ofrecen, teniendo en cuenta la alta graduación como la potencia de esas uvas, y de este vino.

Respecto a la guarda todo augura que el envejecimiento debería desarrollarse favorablemente entre 10 y 20 años, algunas cosechas incluso más. Tuve además la oportunidad de probar recientemente vinos de Toro de los años 70 y algunos me sorprendieron gratamente.

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