Sierra Cantabria Mágico nace en una pequeña parcela El Vardallo de 1,18 hectáreas, situada en San Vicente de la Sonsierra. Un viñedo plantado después de la filoxera en el inicio del siglo XX con una amplia diversidad varietal tanto tinta (65 % Tempranillo, 20 % Garnacha, 2.5 % Graciano, 1 % Petit Bouschet y 1.1 % de otras variedades ) como blanca (4.4 % Calagraño, 3.2 % Turruntés y 2.8 % Viura).
En el año 2016, un año excepcional, trabajando en el propio viñedo pensamos que quizás elaborando todas las variedades en su conjunto podría tener una expresión extraordinaria y emocionarnos al igual que su entorno. Y ya este primer año fue realmente sorprendente.
MÁGICO - Def. Que tiene cualidades que lo hacen muy atractivo y cautivador porque es extraordinario dentro de los de su género.
El vino es un mundo de sensaciones y emociones que nos hacen viajar. Como riojanos, siempre buscamos vinos auténticos, con pureza y que expresen de donde vienen: el paisaje, la cultura, la tradición, los antepasados, la familia y las vivencias personales. En nuestro vino, Sierra Cantabria Mágico, se aúnan todas estas cualidades.
Desde 1870, a lo largo de cinco generaciones, la familia se ha dedicado al cultivo de las viñas y a la elaboración y crianza de los mejores caldos de Rioja. Manteniendo vivos el conocimiento y la tradición, los han sabido transmitir de padres a hijos adaptándolos siempre a los avances tecnológicos y al respeto por la tierra y la vid.
El sello personal e inconfundible que la familia imprime en la elaboración de sus vinos conlleva un afán diario de superación y una pasión por el buen hacer: desde la exigente búsqueda de las mejores condiciones previas para el cultivo del viñedo hasta la puesta a disposición del amante del buen vino.
La familia y sus bodegas gozan de prestigio nacional e internacional, ámbitos en los que han sido merecedores de distinciones y premios.
De un patrimonio de viñedos excepcionales de la Sonsierra nacen vinos únicos que transmiten la esencia de cada terruño, la expresión del Tempranillo en perfecta confluencia con el clima, el suelo y la mano del hombre. El resultado es una colección de joyas enológicas que nacen con vocación de perdurar en el tiempo.